viernes, 27 de diciembre de 2013

Gnocchis Gorgonzola

Ya sé que estamos en fechas navideñas y tal vez lo que se cuece en vuestras cocinas es el pavo, el cordero, la lubina, unas gambitas.....el jamón!! Uhmm, qué rico!
En mi cocina "con sabor a puchero" hoy se cuecen Gnocchi. Y es que el otro día, en clase de italiano, mi profesora me dijo que en Roma existe la tradición de comer Gnocchi los jueves. Y como hoy es jueves y tengo a un romano en casa he dicho...manos a la obra!


En este momento se inaugura una nueva tipología de Post en Con Sabor a Puchero: Mis Recetas. La que he preparado hoy es superfácil y ya que yo soy la cocinera he preparado los Gnocchi como más me gustan, con Gorgonzola. ;-)


Seguir la receta de alguna web italiana de cocina tipo Giallozafferano (la cual os recomiendo) hubiera sido lo ideal, pero no olvidemos que este blog es mi particular visión e interpretación de las cosas. Así que la he "tuneado" y le he añadido cebolla... así ya es 100% Con Sabor a Puchero.

Vamos paso a paso. Los ingredientes son fáciles:

  • 1/2 paquete de Gnocchi, yo he comprado el paquete de De Cecco, ya listos para hervir. Es más rápido y están igualmente buenos.
  • 1/2 paquete de Queso Gorgonzola, aquí en el Superama (digamos el Mercadona del DF, para entendernos) no lo he encontrado así que lo he cambiado por queso Danés Azul, también muy rico.
  • 1/2 Cebolla
  • 1 Brik pequeño de nata para cocinar, en México llamada Crema. Yo la he comprado deslactosada que aquí existe, digamos que al no tener lactosa es más fácil de digerir y perfecta para los intolerantes a ella.
  • Aceite o mantequilla y Sal.
Veis? Superfácil, manos a la obra!!

Picar la cebolla pequeñita y pocharla a fuego lento para que no se queme, con aceite o mantequilla, lo que más os guste. Yo, siguiendo la dieta mediterránea, me he decantado por el aceite de oliva.


Cuando la cebolla esté doradita añadir el queso gorgonzola y la nata líquida mezclándolo todo bien hasta conseguir que el queso se derrita y se funda con la nata. 



La textura que debe quedar es líquida y homogénea.


Cocer los Gnocchi en agua salada por el tiempo indicado en el paquete, los de esta marca te piden 2 min. Puedes saber que están listos cuando todos están flotando en el agua. Escurrirlos y mezclarlos con la salsa gorgonzola que ya teníamos preparada.


Listos....Tutti a tavola!!



Truco: Si queréis que la receta sea menos calórica, aunque ya kilito arriba, kilito abajo en estas fechas da igual, podéis poner la mitad del brik de nata y la otra mitad de leche.

Sugerencias: 
  • Espolvorear con queso Parmigiano ("parmesano" en la lengua de Cervantes). 
  • Maridar con vino tinto o blanco que tenga cuerpo, en este caso está maridado con un Sauvignon Blanc.

Buon Appetito!!


viernes, 20 de diciembre de 2013

Blanca Navidad

Recuerdo ese día. Volaba desde Sevilla y casi no puedo llegar a Roma por culpa del temporal. Dicen que hacía 25 años que no nevaba así en la capital italiana y justo ese primer fin de semana de Febrero del 2012 volvió a hacerlo.

Los italianos estaban divididos entre los indignados por el caos que se produjo en la ciudad que, aún sabiendo lo que se le venía encima, no activó ningún protocolo para estas ocasiones y los que se tiraron a la calle a disfrutar de su ciudad nevada. Tuve el privilegio de estar ahí, así que hice lo segundo.










Dicen que las navidades son blancas, nos lo repiten todos los villancicos. En el DF no nieva, hace 25 grados y brilla un sol espléndido, las calles tampoco están especialmente adornadas así que he adornado la casa con mi primer árbol natural y tomo turrón de Suchard y “del blando” traídos directamente de España...



Feliz Nochebuena y Feliz Navidad con Sabor a Puchero!! 

lunes, 16 de diciembre de 2013

Del asombroso parecido entre el huevo y la castaña.

Si alguien te dice que México e Italia se parecen puedes pensar…Sí, como un huevo a una castaña!  Y es verdad, no tienen nada que ver (en mi opinión). Pero si tuviéramos que buscar las similitudes me quedo con dos pueblecitos que son primos hermanos: Calcata y San Miguel de Allende. El primero italiano, el segundo mexicano. Su denominador común: la artesanía y su “aire cultureta” bien justificado.

Calcata para mí fue todo un descubrimiento, que un pueblo tan bonito y pintoresco estuviera a tan sólo 40 Km de Roma me llamó la atención. Es un oasis en medio del desierto, lo opuesto al caos de la capital italiana llena de luces, pitidos de coches, gente que camina como loca de un sitio al otro, ufff….y de repente este paraíso. La idea es buenísima, reinventar un pueblo condenado al abandono con artistas: pintores, escultores, artesanos de la piel…Ir a Calcata es como el que va a un mercadillo de artesanías pero situado entre montañas y abierto 24 hrs los 365 días del año.

El escaparate es espectacular. Sus calles pequeñas, estrechas y empedradas hacen que no puedas acceder en coche, hay un parking a las afueras que te obliga -afortunadamente- , a atravesar un camino que regala vistas como éstas.




Calcata es como un centro comercial al aire libre, te invita a perderte y encontrar máscaras, tiendas vintage y gastronomía que te hace la boca agua.



Aquí no es raro entrar en una iglesia centenaria que expone las obras ganadoras de un concurso de nacimientos en el que las propuestas van desde la “Barbie Family” donde la virgen María tiene que competir con el ángel para llamar la atención de San José, la “Fanta Family”, obviamente de naranja porque la de limón prácticamente no existe en este país (y digo prácticamente porque al principio me hicieron creer que no existía de verdad) o la “ Conchiglie Family” que hubiera quedado perfecta en una escena natalicia de La Sirenita. Sea como sea no me diréis que no es una explosión de creatividad?!

                       

                                                    


Y eso es lo que te sorprende de este pueblecito, que esperas que al doblar la esquina te salga “la vieja del visillo” mirándote como si fueses un ocupa y sin embargo a quien te encuentras es al doble de Bob Marley que ha montado una tienda de antigüedades con teléfonos como los que tenía tu abuela…y que funcionan.^^


Cuando llegué a México todos me decían que debía visitar San Miguel de Allende, una de las ciudades (aunque para mí es más pueblo) coloniales más importante y turística del país. Con todas las expectativas que me habían creado pensé que sinceramente me defraudaría, pero no fue así. San Miguel me enamoró desde “el minuto 1” y sé que más temprano que tarde voy a volver. Con el miedo que teníamos a salir de la ciudad y nada más lejos de la realidad, qué tranquilidad pasear por sus calles!


 Al igual que Calcata también es un pueblo de montaña pero a diferencia del primero, desprende colorido y luz. El arte y la cultura también se respiran en cada rincón; gastronomía, bordados, piel…pero sobretodo arquitectura 100% colonial crean la misma atmósfera mágica que sentí cuando visité el pueblo italiano. 

Y para muestra un botón: El Centro Cultural Ignacio Ramirez " El Nigromante" un antiguo convento que hoy ofrece obras de arte contemporáneo y una de las galerías pintadas más sorprendentes que he visto, o el Festival Internacional de Jazz y Blues que tuvo lugar el fin de semana que la visité. La XIX edición nada más y nada menos.
Sin duda una ciudad culturalmente viva que ha sabido reinventar su herencia colonial adaptándola a los nuevos tiempos.


¿Qué fue lo que más me gustó? Pues la Parroquia sin duda, de noche espectacular, La Plaza Allende (la plaza del pueblo) amenizada por grupos de mariachis, tiendas de artesanos- muchos de ellos extranjeros que han encontrado en San Miguel su paraíso de inspiración-, las casas pintadas de amarillo, azul, rojo,… los patios llenos de naranjos que me recordaban mi querido Barrio de Santa Cruz y la gastronomía que en México es siempre una apuesta segura.




Si hoy alguien me pregunta: - ¿se parecen Italia y México? Diré: - pues si rascas un poquito te darás cuenta del asombroso parecido entre el huevo y la castaña.


martes, 19 de noviembre de 2013

Y los muertos aquí lo pasamos muy bien...

Y los muertos aquí lo pasamos muy bien
entre flores de colores
y los viernes y tal
si en la fosa no hay plan
nos vestimos y salimos
Para dar una vuelta
sin pasar de la puerta eso si
que los muertos aquí 
es donde tienen que estar
y el cielo por mi
se puede esperar


Ya lo decía Mecano, los cementerios pueden ser sitios muuuy bonitos y hasta divertidos. Seguro que los muertos del cementerio de la Habana están de acuerdo con ellos… que espere el cielo que en Cuba se lo pasan muy bien!
Nunca he sido yo muy dada a visitarlos más que lo estrictamente necesario y a veces, ni eso.  Siempre me han puesto los pelos de punta y tampoco he entendido a las personas a las que les da por ir a pasear al cementerio de San Fernando, en mi Sevilla natal;  imaginar la cantidad de personas que descansan bajo tierra o detrás de los nichos no es precisamente mi idea de pasar el día…hasta ahora. J

No se puede decir de este agua no beberé. Era tanta la curiosidad que me despertó la Habana nada más llegar que no lo pensé dos veces cuando ví una foto del cementerio en la guía. Tenía que visitarlo. La Necrópolis de Colón.



Y ahí que me fuí, con mi pantalón corto, camiseta de tirantas, un sombrero para el sol y una botellita de agua que me salvó la vida. Eran las 13.00 hrs de no sé qué día de septiembre y el sol achicharraba. Ahora entiendo que no hubiera nadie y que los guardas de seguridad me miraran con cara de …”esta loca que hace aquí a estas horas?!”.
Me hipnotizó desde el minuto uno, no creo que sea capaz de describir lo que sentí paseando por sus calles.


                 

Obviamente con la guía en la mano y blanca como una pescadilla - a pesar de haber estado dos meses en Matalascañas- , era como tener un fluorescente  que parpadeaba sobre mi cabeza y que decía: GUIRI. Creo que el guarda de seguridad tardó ½ minuto en acercarse, primero para pedirme el billete de ingreso (me había colado, ingenua de mí que pensaba que no se pagaba el ingreso), y segundo para ofrecerme de manera gentil y amable hacer de guía durante mi paseo, una manera más que habitual en ellos para ganarse la generosa propina que les dejamos los guiris.  Al principio lo rechacé, prefería pasear “a mi bola“, pero cuando llevaba la mitad de las calles recorridas y viendo que me seguía como si fuera mi guardaespaldas (de sombra en sombra que para eso era lugareño) le di la oportunidad para que me contara leyendas que me encantaron y que aportaron aún más magia a la necrópolis.


Me quedo con tres que llamaron especialmente mi atención. La tumba con la ficha de dominó, no recuerdo el nombre de la persona que estaba allí enterrada. Fue así construida por los hijos del difunto quien murió mientras jugaba con los amigos, como todas las tardes. Los hijos piensan que así puede seguir jugando al dominó esté donde esté.


El Panteón de Catalina Lasa, segunda mujer del millonario Juan Pedro Baró, quien mandó construirlo para enterrar a su esposa muerta en París y embalsamada para el viaje a Cuba. Era tal el amor hacia su mujer que pidió que fuera el monumento más alto de todo el cementerio, para lo que tenía que competir con Las Victimas de la Caridad, panteón monumental donde fueron enterradas las víctimas de un trágico y devastador accidente en la Ferretería de Isasi, en 1890. Esa batalla no podía ganarla así que, no contento, Juan Pedro Baró mandó plantar dos palmeras a ambos lados de la entrada al panteón, altas como el monumento a las Victimas de la Caridad; enfrentados, puede verse desde algunos ángulos del cementerio esa pugna por la grandiosidad.

                 


Y por último La Milagrosa, la tumba de Amelia Goyri quien murió durante el parto con sólo 24 años, en 1901. En aquella época se acostumbraba a enterrar a la madre junto a su hijo - también muerto- ; el escalofrío te viene cuando te cuentan que años después, al abrir la tumba, se encontraron madre e hijo aferrados el uno al otro. Esto cuenta cualquier guía de viaje, pero “mi guía particular”, imagino que para darle aún más dramatismo, me contó que ella murió durante el parto, que no sacaron al niño, y que años después al abrir la tumba se los encontraron a los dos abrazados.


Como leyenda que es, con el tiempo se ha convertido en lugar de peregrinación de millones de mujeres de todo el mundo que dejan sus ofrendas a Amelia para que les ayude a concebir o para pedir por un buen embarazo y parto. Tras su tumba pueden leerse los mensajes dejados, mensajes que vienen de Canada, China, España, Estados Unidos, México, Alemania, …  El ritual consiste en dejar la ofrenda, rezar dando varias vueltas a la tumba y tocando una campanita, y despedirte de Amelia sin darle jamás la espalda.



Llueve en el DF, truenos y relámpagos, una de esas noches de película de miedo muy propicia para hablar de La Necrópolis de Colón. El mes de los difuntos no podía terminar de otra manera.



viernes, 8 de noviembre de 2013

Buscando amigas en el ciberespacio

Tenía pensado hacer de Con Sabor a Puchero una especie de diario cronológico de las cosas que veo, que escucho, de las nuevas experiencias que vivo…pero me he dado cuenta de que eso hace que se pierda el momento de otras muchas cosas que me suceden en el “aquí y ahora” y que quiero contar. Así que este blog será como una de esas películas que tienen saltos en el tiempo, de las que lo mismo te cuentan qué pasó hace diez años y de repente la escena siguiente transcurre en el tiempo actual. Quiero que Con Sabor a Puchero sea un cuaderno que se reinventa cada vez que abro una página de Word en blanco, alejado de temas encorsetados por el espacio o el tiempo.
Hoy voy a hablaros de algo que me está sucediendo ahora: Buscando amigas en el ciberespacio.

Sucede que cuando llegas a una edad, una cierta edad, digamos la treintena ya avanzadita, much@s pensamos que no necesitamos conocer a nadie más, que ya con la edad que tenemos los amigos que tenemos son más que suficientes porque son los “buenos”, los que no se han caído por el camino por la distancia o la desidia de hacer una llamada. Que levante la mano quien no ha caído en esta trampa de la vida.

martes, 29 de octubre de 2013

Business is Business

El puchero ya está listo para servir! Lo único es que me han cambiado el restaurante. Afortunadamente siempre he tenido una gran capacidad de adaptación y lo mismo me da servir el puchero en un italiano, en un paladar cubano o en un restaurante de auténtica comida mexicana. Al final sigue siendo puchero y ese lo llevo siempre conmigo, es mi huella de identidad.

Y ahora es cuando te explico por qué mi blog se llama así. Con sabor a puchero es una visión del mundo, de cualquier parte del mundo, bajo los ojos de una sevillana. ¿Cómo es el malecón Con sabor a puchero? ¿Y la Fontana di Trevi? ¿Y el Museo de Antropología de México? Pues cuanto menos son lugares curiosos y con magia, lugares que hacen volar mi imaginación.

Llegar a una ciudad con 22.752 millones de habitantes, a más de 9.000 km de distancia de la tuya es una experiencia que hay que contar… Hablo de México DF pero voy por partes.

Recuerdo el momento en el que empezó esta aventura. Era el 24 de Agosto de 2012, la primera vez que me montaba en un avión en categoría Business. Parecía Alfredo Landa en “Cateto a babor”.




Y no me da vergüenza reconocerlo, de hecho lo recuerdo y se me escapa una sonrisa. Estaba tan nerviosa y a la vez tan contenta que lo primero que le dije a mi entonces pareja al sentarme fue: “eah, ya se me ha olvidado comprar la botellita de agua”. Él me miró y me dijo: “Eres dolcissima, te quiero mucho piccola mía”. Y es que mi experiencia en aviones no pasaba del trato recibido en Ryanair, Vueling o como mucho Iberia. Todo por supuesto en la categoría más turística que se pueda encontrar.

Sentarme en un asiento que te da masajes durante el vuelo, que se convierte en cama por si quieres dormir o sólo descansar, con una pantalla de Tv “enterita para ti” para que puedas ver películas, series, jugar al Tetris o escuchar música era como estar en el Enterprise de Star Trek.


                 


Empecé a hacerle fotografías con el móvil a todo y a mandárselas a mis amigas y hermanas por WhatsApp…ya os digo, al más puro “ landismo”.

Me dieron mi neceser business, me coloqué mis calcentines porque el viaje era largo y se abrió un nuevo ventanal en mi vida.


Destino:



miércoles, 13 de febrero de 2013

Empezamos!!


Hace ya casi un año, sino más, que empecé a darle vueltas a eso de crear un blog. Eso no es ninguna novedad, ya lo sabías seguro. 

Pero ¿de qué te podía hablar? Y te pregunté. Es curiosa la imagen que podemos tener de los demás las personas, la manera de identificarlas y catalogarlas en función de intereses comunes.

Unos me dijisteis que hablara de lo mío, de publicidad y marketing, otros de recetas de cocina, otros de moda, otros de decoración, otros de libros, otros de pelis, otros de creatividad, de viajes…en definitiva, me dije, de CULTURA.

Y me gustó la idea.


Pero, hay tantos blogs de lo mismo… Durante todo este tiempo he estado estudiando algunos y pocos me han enganchado. Sólo algunos han conseguido que les de la enhorabuena al autor por escribir de manera tan clara, fresca y aportando algo al que lo lee sin dar la sensación de ser aleccionador ni presuntuoso.

Y así quiero que sea Mi Blog, un espacio para el entretenimiento, el aprendizaje, la diversión y el relax, un espacio donde sentarte con una taza de café, té o una cerveza… y pasártelo bien.

Si ahora te estás preguntando porqué lo he llamado así, te diré que…hasta aquí puedo leer. Si he aprendido algo es que los post muy largos aburren.

Te lo cuento el próximo día que nos leamos, con sabor a puchero.

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